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OPORTO

Si solo dispone de unos pocos días para visitar Oporto, hay lugares que no puede perderse. En opinión de muchos visitantes, esta ciudad tiene algo místico que difícilmente se puede describir y que varía según el lugar, la hora y la luz del día.

Pero seguramente tenga algo que ver con la gente, conocida por su trato amable y generoso, y también con el Duero y el patrimonio de sus dos orillas, con sus puentes y monumentos, azulejos, balcones floridos y calles comerciales. El centro histórico de Oporto y la orilla del río Duero donde se encuentran las bodegas del vino de Oporto (del lado de Gaia) están catalogados como Patrimonio Mundial.

La estación de São Bento, con su vestíbulo revestido de azulejos, es el lugar ideal para iniciar su recorrido. Un poco más adelante no se pierda la catedral, desde cuyo atrio podrá disfrutar de la primera panorámica del río, de las casas y de la otra orilla. Desde allí, podemos bajar por escaleras y calles medievales hasta Ribeira, con terrazas y rincones pintorescos. Antes de embarcarse en un crucero bajo los seis puentes de Oporto, merece la pena quedarse aquí un rato para respirar el ambiente e impregnarse del río con el puente D. Luís y la orilla opuesta. Después de ver desde el río la silueta de las casas y de las torres de las iglesias, nos espera el interior dorado de la Iglesia de San Francisco. Muy cerca puede atisbar más iglesias y monumentos, azulejos en las fachadas y visitar el Palacio de la Bolsa. Saliendo desde el río, el tranvía realiza un recorrido que llega hasta Foz, donde podrá hacer un paseo y llenarse los pulmones con la brisa del mar. Allí empieza la Av. da Boavista. No muy lejos queda Serralves, con jardines para pasear o descansar, y exposiciones de arte contemporáneo. El museo es obra de Álvaro Siza Vieira, uno de los más destacados arquitectos de la Escuela de Arquitectura de Oporto, galardonado con el premio Pritzker.

Junto a la Rotonda de Boavista se encuentra la Casa de la Música, siempre imponente por su forma arquitectónica y su cartel cultural. En esta zona puede encontrar buenas tiendas para ir de compras. Pero también puede encontrarlas junto a la Av. dos Aliados. De camino quedan los jardines del Palacio de Cristal, con otra panorámica sobre el río, y el Museo Soares dos Reis. Otro jardín, lleno de esculturas, es el de la Cordoaria, rodeado de iglesias y de otros monumentos. Merece la pena subir a la Torre de los Clérigos para disfrutar de una nueva panorámica sobre Oporto. Continuamos a pie hasta Aliados, pasando por tiendas y edificios modernistas. Tras conocer esta amplia avenida, merece la pena seguir hasta la peatonal Rua de Santa Catarina, donde podremos realizar las compras que queramos. El Café Majestic resulta ideal para una realizar una pausa.

Todavía falta ir a la orilla sur del río para visitar las bodegas de vino de Oporto y probar el vino en su peculiar entorno. Desde Ribeira, podemos atravesar andando el puente D. Luís y ver, desde este lado, una de las panorámicas más bonitas de Oporto. Y, además, puede dar una vuelta en el teleférico de Gaia, que sube y baja por este lado del río.


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